La búsqueda de empleo es una tarea complicada para la mayoría de personas. En el caso de las personas con autismo, la cosa se complica mucho más. Estudios realizados por la organización británica National Autistic Society, a nivel internacional y específicamente sobre empleo y personas con TEA, en el año 2o16, constatan que el 77% de las personas encuestadas no contaban con trabajo. El 53% manifestaba deseo de trabajar. En España concretamente, según datos de Autismo Europa, entre el 80 y 90% de personas con TEA en edad de trabajar no disponen de un empleo.
¿Qué es lo que ocurre?
Programas especializados para incorporar a las personas con autismo en el mercado laboral han resultado exitosos, sin embargo, el problema está en que se queda en eso. Programas especializados puntuales o no accesibles para todos. Lo ideal sería que los reclutadores, personas de recursos humanos y agencias de búsqueda de empleo tuvieran en cuenta estos perfiles y supieran cómo encontrar trabajos que se adaptasen a ellos.
COSAS QUE DEBERÍAN SABER LOS RECLUTADORES Y EMPRESAS AL EMPLEAR A UNA PERSONA CON AUTISMO
Hoy hemos elaborado una lista de cosas que deberían tener en cuenta y saber reclutadores y empresas sobre las personas con autismo y su valía en el mercado laboral:
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Talento y potencial
Se cree que aquellas personas con autismo severo y otras discapacidades tienen menos potencial y talento, viéndoles como alguien a quien emplear para cubrir el cupo de personas discapacitadas. Sin embargo, se debe comprender la complejidad del TEA y saber encontrar el talento específico de cada persona, evitar relegarles a tareas consideradas “fáciles” en las que puede ser que fallen estrepitósamente mientras que podrían brillar en otras más específicas y acordes a sus intereses.
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Creatividad a la hora de realizar programas de ayuda para encontrar el talento
Puede ser que realizando las tradicionales encuestas para encontrar tu talento se pierda o se pase por alto el potencial de la persona. La persona probablemente tendrá cualidades específicas en un nicho concreto, pero que se pasan por alto si simplemente se limitan darse charlas sobre salidas profesionales y checklists vocacionales.
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Capacidad para pensar “outside the box”
Programas tradicionales de ayuda de búsqueda de empleo a veces se centran más en la oferta de cursos y estudios disponibles en vez de en las cualidades y necesidades de la persona, y en identificar lo que la persona tiene interés en hacer. Debido a la rigidez de rutinas y foco restringido de algunas personas con autismo, a veces se asume que no hay opciones de empleabilidad. Por otro lado, hay ocasiones en que se fuerza a la persona a trabajos que no son para nada adecuados para ella, haciéndole fracasar y creer que, en efecto, no es empleable. Algunas agencias de empleo pueden concluir rápidamente que la persona no es empleable, en vez de buscar un trabajo que se adecue a los talentos y habilidades de la persona. No se debe asumir que la persona con autismo va a tener dificultades en todas las áreas, quizás para él sea todo un reto comprender las normas sociales, pero puede ser muy bueno en alguna otra área.
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Tener en cuenta los problemas sensoriales
Estas desregularizaciones sensoriales suelen limitar la productidad de la persona con autismo si no se solucionan o se pasan por alto. La percepción y habilidad de tolerar sonidos / luces / otros típicos del ambiente de trabajo puede ser muy diferente de los demás compañeros de trabajo. Sin embargo, el solventar y solucionarlas marcará la diferencia y asegurará el bienestar de la persona permitiéndole desenvolverse de forma correcta.
El problema en este punto es que la persona puede sentirse desbordada, ocultar sus problemas y finalmente dejar el trabajo por miedo a la incomprensión o a parecer demasiado exagerado. Por otra parte esto no significa que el ambiente de trabajo tenga que estar completamente en silencio o se tenga que adaptar por completo. Simplemente puede significar dar la oportunidad a la persona de tener unos minutos de retirarse a otro lugar más silencioso sin esto estar mal visto o prohibido (igual que a un fumador se le puede permitir retirarse a fumar unos minutos). Pequeños cambios de este estilo pueden marcar totalmente la diferencia, no solamente en el bienestar de la persona sino en la calidad y cantidad de su trabajo.
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Trabajar a partir de las habilidades.
Quizás en las personas con autismo puede ser menos obvio cuales son sus cualidades. Lo ideal es identificarlas y trabajar en ellas, en vez de centrarnos en mejorar las deficitarias, que suelen ser, al fin y al cabo, las que menos interesan a la persona.
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Comunicación no necesariamente significa una larga charla
Pocas palabras suelen ser mejor que una larga charla. La gente tiene tendencia a hablar rápido y demasiado a las personas con autismo, sin tener en cuenta si la persona es verbal o no, y su nivel de comprensión. Se asume rápidamente que la persona que es verbal se comunica igual que lo hacen los demás, cuando no tiene porqué ser así. La persona puede ser capaz de hablar y utilizar el lenguaje de forma corriente pero tener dificultad de comprensión. No debería haber problema en utilizar más lenguaje escrito o frases más cortas para comunicar el trabajo a realizar. No está demás en informar sobre las reglas escritas y no escritas del área de trabajo. Finalmente, se debe tener en cuenta que muchas personas con autismo tienen problemas en comprender el sarcasmo, ironía y doble sentido del lenguaje. Así, facilitaría mucho un lenguaje claro y directo sobre lo que se espera y se evitaría confusión.
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Las expectativas sociales requieren instrucción
Las reglas no escritas y que se dan por echo son las que más confunden y dan problemas a las personas con autismo. No asumas que las persona “leerá” el ambiente social y se ajustará. Eso no ocurrirá. En vez de eso, ayuda a la persona diciéndole cómo se espera que se comporte, y en caso de que la persona “meta la pata” se le debe decir de forma calmada pero directamente. Sugerir las cosas de manera sutil solo creará más confusión.
Al final, con pequeñas modificaciones todos somos igual de válidos para entrar al mercado laboral. Solo requiere un poco de interés por parte de las empresas. Una pena porque por no hacerlo se pierde muchísimo talento.
FUENTES
Falta decir que en la mayoría de los casos las personas con autismo puede que no sean capaces de trabajar bajo presión, por lo cual se requiere que las tareas tengan un plazo establecido según su complejidad; en este último caso siempre es mejor dividirla en tareas pequeñas para poder lograr el objetivo.
Tienes mucha razón Carlos!!