Muchas familias con niñxs con autismo tienen el problema de que sus niñxs presentan una conducta agresiva o autolesiva. Hoy nos preguntamos porqué se dan estas conductas, cuales son su razón de ser y qué formas hay para reducirlas.
¿QUÉ ES LA CONDUCTA AUTOLESIVA / AUTOLESIONES?
Las autolesiones se puede dar por diferentes motivos. No son caprichos ni berrinches. Principalmente, podríamos decir que podrían dividirse en dos bloques:
- Las que funcionan como regulador emocional: Es decir, ante una emoción muy fuerte, como puede ser estrés, ansiedad o miedo, mediante la conducta autolesiva (darse golpes, tirarse del pelo, pellizcarse…) se consigue desviar la atención de la emoción fuerte. Por ejemplo, un ruido muy fuerte provoca mucha angustia, pero tirándonos del pelo conseguimos que nuestros sentidos se sientan aliviados porque hay otro estímulo que nos distrae del que no podemos soportar.
- Las que tienen la intención de comunicar algo: Es decir, se utiliza la autolesión o el comportamiento agresivo hacia el resto con el objetivo funcional de comunicar a los demás algo que no sabemos cómo expresar de otra manera. Puede ser desde que tenemos hambre hasta intentar comunicar un dolor / malestar físico, como un dolor de barriga, de oido..
Como vemos, las conductas autolesivas tienen funciones diversas, así que no podemos esperar “eliminarlas” como si de una mania o vicio maligno se tratara. Además, a veces podemos ver ambas fusionadas, es decir, no hay una línea divisoria entre las conductas autolesivas, porque por ejemplo podría darse el caso de una persona que quiere comunicar que le duele la cabeza y a la vez buscar una “liberación” del dolor de cabeza mediante la autolesión.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA REDUCIRLAS?
Ofrecer un sustituto, una alternativa.
Alternativa a las que funcionan como regulador emocional
Estas son las más difíciles porque además de ser muy personales, el resto puede ser que no nos enteremos porque lo hacen en la intimidad. Lo más recomendable en estos casos es observar al niñx e identificar que cosas le calman, le gustan o le transmiten tranquilidad, cualquier cosa que pueda llevar siempre encima y que pueda recurrir a ese objeto o cosa que le tranquiliza. Es importante que el niñx tenga diferentes vías de escape. Proporcionarle espacios tranquilos tanto en casa como en el colegio a los que sabe que puede ir si lo necesita también puede ayudarle.
Alternativa a las que funcionan como vía de comunicación
Las que tienen una función comunicativa clara necesitan de una alternativa que asegure que el niñx puede comunicar al adulto su problema o deseo. Es importante identificar los patrones que suele presentar el niñx en cuestión, para así poder darle una alternativa. Por ejemplo, si sabes que cuando tiene hambre se muerde las manos, ya puedes buscar una alternativa concreta para ese caso. Puedes por ejemplo crear tarjetas de colores o usar otros métodos que sepas que a él le funcionan mejor, y mostrarle que cuando tenga hambre, dándote X tarjeta, o haciendo X gesto, conseguirá el resultado que busca.
Es también importante que el niñx tenga muy clara la conexión creada entre la nueva forma de comunicarse en sustitución de la antigua conducta autolesiva, por lo que debes evitar enseñarle más de una a la vez. Debemos eliminar la confusión solo enseñando 1 nueva conducta por 1 antigua autolesiva.
También se recomienda recrear situaciones seguras y de menor impacto en las que sabes que puede darse una conducta autolesiva y así enseñarle la nueva conducta alternativa.
Finalmente…
Como siempre, todo esto son orientaciones generales que pueden resultar útiles como primera aproximación, pero siempre se debe acudir a un especialista que evalúe el caso concreto y que prepare un plan de acción para vuestro niñx ateniéndose a sus necesidades.
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